En un gesto democrático que le honra, la Xunta de Galicia ha decidido consultar y escuchar a los padres gallegos antes de implantar un modelo lingüístico en las escuelas. El resultado ha sido claro: la opción preferida ha sido la enseñanza en español. Esta consulta demuestra que las llamadas políticas a la «normalización» y exclusión del español se estaba haciendo en contra de la voluntad de la mayoría.
Me gustaría que el Gobierno catalán siguiera el ejemplo democrático del gallego. Imponer a nuestros hijos el catalán como única lengua de enseñanza empobrece su educación. Por no hablar de que esa decisión va en contra de los deseos de muchos padres catalanes. ¿Por qué el Gobierno catalán no nos consulta sobre la política lingüística? ¿Quizá teme el resultado?
María Caro
Lérida
Opinión ABC 5/8/09
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